La
historia que precede a este poema surge de una familia inglesa, los Puttick; el
padre Neil, la madre Kazumi y el hijo Samuel de cinco años.
Samuel
era tetrapléjico desde el año de edad, producto de un accidente de tráfico.
Desde aquel momento, sus padres le dedicaron las 24 horas de cada día a su hijo
para que su retoño pudiese llevar una vida lo más normal posible. Pero cuatro
años más tarde, a Samuel le sobrevino una meningitis que, dadas sus precarias condiciones
físicas, provocó que los médicos no pudiesen hacer nada por su vida.
Finalmente, le dieron de alta para morir.
Samuel
moría a los pocos días. Sus padres, desconsolados, decidieron recorrer dos
cientos kilómetros en coche hacia la costa, hasta el acantilado de Beachy Head.
Llevaban dos bolsas consigo. En una de las bolsas, iban algunos de los juguetes
de Samuel; en la otra, el cuerpo sin vida de su hijo…
Neil
y Kazumi se encaramaron hasta lo alto de Beachy Head y al borde del risco, se
arrojaron al vacío abrazados a sus dos bolsas de viaje.
Lo
siento, pero estoy llorando…