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lunes, 17 de diciembre de 2012

A Arturo, mi hermano...

La apoteosis de Hércules. Francois Lemoyne.1736.

 



No te llamo, Arturo, hermano,
Ni por destino ni por filiación,
Ni porque lo diga en vano,
Como se dice todo sin razón.
No,…te lo digo por tu ser humano
Y porque me lo dice el corazón.

Deja que aúne lo que eres,
En esta audaz singladura:

Como el fruto al que te adhieres
Desde tu precoz criatura.
Hasta ser, si te exigieres,
Una persona madura…
Vales lo que para Ceres
Es fértil agricultura…

Eres un culto y germen de inocencia,
Surgiendo como pródiga es la espiga;
Pero detrás del tiempo de experiencia,
Te unes a la familia como auriga...
Siendo, a espuertas, la mano en complacencia
Y, a la fuerza, la espalda que te abriga.

Saludos, ¡hermano!, te exhalta
Así mi alma en tu bienvenida,
Por ser tú igual lo que me falta
De ser perfecto en esta vida.

Tu hermana, tu sobrinita y yo,
Queremos, desde esta triple filia,
Decirte que tres no somos, no,…
Que somos cuatro en nuestra familia.

Un abrazo de hermano.

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