La apoteosis de Hércules. Francois Lemoyne.1736. |
No
te llamo, Arturo, hermano,
Ni
por destino ni por filiación,
Ni
porque lo diga en vano,
Como
se dice todo sin razón.
No,…te
lo digo por tu ser humano
Y
porque me lo dice el corazón.
Deja
que aúne lo que eres,
En
esta audaz singladura:
Como
el fruto al que te adhieres
Desde
tu precoz criatura.
Hasta
ser, si te exigieres,
Una
persona madura…
Vales
lo que para Ceres
Es
fértil agricultura…
Eres
un culto y germen de inocencia,
Surgiendo
como pródiga es la espiga;
Pero
detrás del tiempo de experiencia,
Te
unes a la familia como auriga...
Siendo,
a espuertas, la mano en complacencia
Y,
a la fuerza, la espalda que te abriga.
Saludos,
¡hermano!, te exhalta
Así
mi alma en tu bienvenida,
Por
ser tú igual lo que me falta
De
ser perfecto en esta vida.
Tu
hermana, tu sobrinita y yo,
Queremos,
desde esta triple filia,
Decirte
que tres no somos, no,…
Que
somos cuatro en nuestra familia.
Un
abrazo de hermano.
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