Recuerdo de Mortefontaine (1864). Camille Corot |
Buscadme
cuando el trigo amarillea
Y
la naturaleza reverdece,
Entre
los animados girasoles
O
junto a los benéficos laureles.
Buscadme
con el corazón atento
A
las esencias nobles que contiene,
Como
las yerbas cuyas propiedades,
Salud,
placer o bienestar, confieren.
Buscadme
con la tarde sudorosa,
Jugando
a ser nenúfar en la fuente
De
la vida que sirve a nuestras penas,
Frescos
y enérgicos atardeceres.
Buscadme
allá, en las párvulas alturas
Del
monte que mi lira reverbere,
Será
el Parnaso do mi esposa e hija,
Como
adorables musas, me deleiten.
Pero
buscadme con sincero ahínco,
De
mano del amor que nos revierte,
De
ser obscurecidos individuos
A
ser, en cambio, iluminados seres…
Pues
si así no pasara, dense cuenta,
Me
perderán como si un sueño fuere.
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