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martes, 19 de marzo de 2013

Feliz cumpleaños, mi amor...

Constantin Meunier. Amor de madre. 1893   




En esta declaración de intenciones, mi amor ha tomado posesión de mi vida para llevar a término todo lo necesario para tu felicidad, para que veas lo dichoso que me haces y te empapes de esta alegría.

 Dentro de mí navega un sentimiento hacia ti de apremio, de ilusión, de aventura, de disfrutar de cada ola como el culmen de la belleza en la que me envuelves cada día. Y todo bajo la visión de una experiencia en profundidad y gratificación inimaginables… ¿Por qué… quién me iba a decir a mí que el rumbo de mis acontecimientos funestos vería un horizonte tan rico, natural y exótico como aquel día que te me revelaste a mis ojos?

Celebro haberte conocido, hoy más que nunca, y no pasa un solo día sin maldecir los veintiocho años que te oscureciste en mi vida…Es por ello que mis ansias todas van destinadas a hacerte brillar con la mayor refulgencia y luminiscencia posibles; como si la estrella Sirio tomase posesión de tu persona y quisiera ofrecerme su guía y reverberación espléndidas.

La odisea salió de puerto a tiempo, nuestras vidas tienen mucho que recorrer aún…la gigantesca tarea de ser padre, de ser tu marido, de ser la mejor persona para ti, apenas acaba de empezar; pero nada temas pues si algún poder me has concedido es el empeño y la fuerza del titán para llevarte sana y salva a los confines de la vejez y a la eternidad de verte siempre como mi beldad, mi verdad y mi querer.

Te amo, insondable y apasionadamente, Andrea.

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