En amoroso
tono te confieso
Que ciega
vida vi sin tu confín,
Como el
Pelida del Peloponeso
Luchando con
tesón por ver su fin.
Pero fue en
el descanso del proceso
Hacia ese fin
fatal de chafandín
Que me topé
con todo tu embeleso
Y del
estrépito sonó un clarín…
Que libró al
mundo de mi corazón
Y al cosmos
de mi espíritu, hastiados
De tanta
jarcia enmarañada allí…
Hasta poner
de resultas la acción
De todos mis
empeños denodados
En el sereno
amor que abriste en mí.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario