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viernes, 25 de abril de 2014

Un grito a sangre fría...

La libertad guiando al pueblo de Eugene Delacroix en el Museo de Louvre.


Si ser mendaz es justo
y del embuste nace la justicia,
¿por qué sería injusto
pensar que la milicia
es para el pueblo la mejor noticia?

¿Acaso no es la muerte
un medio necesario cuando pienso
la misma fría suerte
que corre el indefenso
ante un gobierno pérfido e inofenso?

Un corazón se enciende
desmesurado por cuestión de amor
o por dolor, por ende;
pero también por mor
de sacudir al miedo y al terror.

¿No es menester la ausencia
del cuerpo con el alma desalmada
para probar la ciencia
de que sin alma aunada
la fe es el manifiesto de la nada?

Qué tiemble pues el necio,
como el hipócrita y el principal...
y paguen justo precio
en comunión al mal
que estalle por su práctica amoral.

Es éste un noble canto
a una nación en pie de rebeldía,
a base de quebranto,
que vio nacer un día
un grito de esperanza a sangre fría.

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