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sábado, 7 de abril de 2012

En memoria de Gustavo Adolfo Bécquer...

Retrato de G.A. Béquer por su hermano Valeriano. 1862.

En uno de los viajes de este imperecedero diletante tuve la fortuna de encontrarme con los pasos de un poeta entre cometas, de una estrella del cosmos artístico español. Aquel momento lo compartí con bellas personas (me van a permitir las demás, pero una de aquellas personas, era la más hermosa en mi mundo de palaciegas observancias) y fue una experiencia, como muy pocas en mi vida, inolvidable…

Tuve un recitador y varios oyentes de mis versos, contaba con mi amor personificado, con mi sueño escenificado, con un marco inimitable (El Monasterio de Veruela, en la Sierra del Moncayo), con una tarde que se arremolinaba hacia los placeres del crepúsculo y una vida que se teñía de violáceas sensaciones. ¡Qué más podría pedir!

Pues bien, éstas fueron las palabras que resonaron ante aquel pozo, en el claustro del Monasterio, en voz de un amigo navarro…

En el cielo nació tu poesía,
Tus versos fueron la inefable estela
De algún cometa que en bendito día
Cruzó desde Madrid hasta Veruela.

Tus Rimas son poemas de hidalguía,
¡Qué hidalgo fuiste tú con pobre tela
Ligado a Valeriano o en compañía
De Correa, Campillo y de Nombela!.

Cuando pisó la muerte en tu portal
Cuenta “ El duelo del sol” como leyenda
Que el Sol, triste, veló tu cuerpo inerme

Mientras que cortejaba el funeral
Un ángel con el arpa como ofrenda
Que así cantaba…“ ¡ Un poeta duerme!”.

Saludos, amigo mío.
Déjame poner mi paso sobre tu paso
Y descansar ahora de las fatigas
Que fueron tus fatigas por estos caminos…

“En ti, Moncayo libre, adusto, elato,…
Se afinca el Monasterio de Veruela,
Altar para el descanso de las almas,
Lugar preciado para los poetas”

Recupero el aliento para siquiera murmurarte el reflejo de tu expresión en mi memoria. Así te confieso cosas como que tu himno gigante vive agigantado conmigo, que tu cometa sigue su perfecto curso en mi espíritu, que aquellos átomos que decías son los átomos que me mantienen vivo y que el misterio del amor sigue siendo, irremediablemente, el mismo…
El tiempo ha pasado, fluye el cauce de los siglos pero sabe, poeta, que tu tiempo es el remanso de paz donde el sauce sigue dando buena sombra al melancólico y donde el nenúfar sigue guardando los ojos de la nostalgia.

Verde es tu naturaleza porque brotas del laurel de los poetas. Verde,…Todo es verde a tu alrededor…

“Verde es mi admiración
Y verde es tu memoria,
Verde es mi corazón
Porque verde es tu gloria”

Tengo que partir, amigo mío. Me llama el mundo, me dirige el ángel del que te hablaba, tomo el rumbo de la vida y me olvido de todo excepto de lo que distingue nuestra humanidad…el Genio, el Arte, el Amor…

Queda en paz, ser inmortal, tu estrella nos ilumina.

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