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lunes, 9 de abril de 2012

Mi Andrea...

Apolo y las musas del Monte Helión. Claude Lorrain. 1680. Museum of Fine Arts. Boston.

Hablad, mi Andrea, la de dulce voz,
De las uvas que adornan nuestras viñas,
Del trigo que decora nuestros campos
Y del agua que baña nuestras rías…
Y sonreíd para que nuestro pueblo
Pueda también lucir vuestra sonrisa.

Susurradle a la tierra vuestros sueños
Pues de los sueños brotan margaritas
Que adornan los caminos que vagamos,
Vuestra mano en mi mano, por la vida.
Mi Andrea, vuestros ojos son estrellas
Que a mis ojos titilan de alegría
Para dar luz a esa porción de mí,
Mi corazón, que oscuro me marchita.

Oh, mi Andrea, escuchad ora mi canto
Os doy gracias; oh, musa compasiva,
Pues sólo vuestro son nato de sílfide
Pudo encantar las notas de mi cítara:

Embeba el cielo a la tierra,
Suspenda el tiempo a la vida,
El amor vence a la muerte,
Vuestra alma se une a la mía.
Canto al fragor inmortal,
A la voz del amor sita
En mi corazón perlado
Por tal presencia divina.
“¡El ángel!”, mi voz creyente,
“¡El sueño!”, mi voz impía,
“¡La vida!”, mi voz desnuda,
Seáis ángel, sueño o vida,
Mi Andrea, todas mis voces
Claman: “¡Seáis bienvenida!”.

¡Mi vida se muere y sois,
Oh, mi Andrea, un nuevo día;
Mi verso fenece y sois,
Amor, nueva poesía!
….

¡Renuevo, flor y belleza,
Tal os plantáis ante mí!
¡Seamos naturaleza,
Seamos pues lirio, alelí!

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